En mis largos
años de vida sacerdotal, he vivido internado en el trato personal con
centenares, por no decir millares, de parejas. He recorrido caminos pedregosos,
conjugando conflictos matrimoniales.
He combatido con
las tormentas.
A veces los
esposos lograron enderezar rumbos a golpes de silencio y paciencia, pudiendo,
por fin, sentarse a la sombra fresca de las alamedas.
Otras veces,
después de haber luchado hasta el límite, optaron por tomar diferentes rutas,
ausentándose el uno del otro para siempre, no sin antes dejar atrás cargas
pesadas de dolor y tragedia. Si hay alguna sabiduría en mí, acerca del misterio
matrimonial, proviene de ahí.
Como fruto maduro
de esta formidable escuela de vida, que no ha dejado de ser, por otra parte,
campo de batalla, dejo, en el ocaso de mi vida, este Curso, con la ilusión de
depositar en manos de manos de algunas parejas siquiera, armonía y paz.
Aunque este Curso
Matrimonial lo deposito en manos de las Coordinaciones TOV, es mi deseo
ardiente que se difunda lo más ampliamente posible.
Dejo mi
sentimiento de gratitud para Maristellla Carvalho que me ha acompañado durante
la redacción de este
Presentación Curso Matrimonial
Los novios se
casan hasta donde aguante el amor. Y, ante la primera dificultad, comienzan los
gritos y peleas que preceden a la separación.
Los verbos perdonar, comprender, aceptar... están fuera de circulación. Hoy día los esposos en general, son incapaces del mínimo sacrificio. Del matrimonio sólo les interesa lo que tiene de gratificante. Se divorcian con la mayor facilidad, y vuelven a casarse con la misma facilidad.
Queremos
acompañar a las parejas en su peregrinación hacia el ideal conyugal. En
realidad los esposos se embarcaron en una aventura que está llena de
acechanzas. Cualquier convivencia está sujeta al desgaste. El amor, como
sentimiento humano que es, está revestido de un inevitable carácter de fugacidad.
¿Qué hacer, cómo
hacer para que el desencanto no acabe congelando la frescura del amor?
¿Cómo hacer para
que se respete la libertad individual en el seno del matrimonio?
¿Cómo lograr
coronar con éxito ese complejo proceso de la mutua adaptación de los esposos?
¿Cómo haremos
para evitar que se instale sutilmente la dominación-sumisión en los tejidos
interiores de la relación matrimonial?
En suma, ¿cómo
convertiremos la existencia matrimonial en una fiesta perpetua?
Naturaleza y Contenido:
El Curso
Matrimonial nada tiene que ver con un clásico Taller de Oración y Vida ni en su
estructura ni en sus objetivos. En un Taller de Oración, tanto la estructura
como los objetivos trazan una línea permanentemente vertical: una descendente
(Dios me habla) y otra ascendente (hablamos con Dios).
En el Curso
Matrimonial, en cambio, la línea está trazada horizontalmente. Es decir: se
trata de un movimiento de comunicación y diálogo, de dentro a dentro, de
corazón a corazón. Un movimiento en que se establece una corriente de apertura
y acogida, donde los esposos se clarifican, se entienden, se comprenden, se
perdonan, se aceptan, entran en armonía, y suscitan un gozo recíproco de amor y
paz.
Se trata de un
Curso, no teórico sino práctico, al estilo de un taller en que, trabajando, se
aprende a trabajar.
Dos referencias
nos asisten en todo momento en este Curso: la reflexión y el diálogo; mejor
dicho: la reflexión y la comunicación; comunicación que no es intercambio de
palabras sino de interioridades; casi podríamos decir, de intimidades.
Es un Curso
breve, solo 6 reuniones. Podría ser mucho más prolongado. En consideración a
esta brevedad es que damos mucha importancia al Trabajo de Casa. Se puede decir
que se trata de seis semanas intensivas. Hemos colocado énfasis y tiempo en la
comunicación de a dos, siguiendo una pauta de reflexiones y preguntas que les
daremos en cada oportunidad y esta pauta será el vehículo potente de
comunicación.
Para facilitar
esta intensiva comunicación les proporcionaremos una Pequeña Pedagogía para
facilitar la apertura y el diálogo.
Buscamos que el
matrimonio funcione armoniosamente; que renazca el antiguo entusiasmo, brillen
las chispas del antiguo amor. Es posible que aquel primer amor ya perdió el
resplandor inicial. Desde sus rescoldos tienen que surgir el calor y la luz.
Tienen que sanarse las viejas heridas, renacer las antiguas ilusiones, abordar
problemas no resueltos y recuperar la antigua alegría.
Es mucha la
materia que tenemos que tratar y poco el tiempo de que disponemos. Si este
Curso sólo consistiera en la reunión semanal, poco fruto conseguiríamos y no
valdría la pena de asumir este compromiso.
Lo decisivo, lo
trascendente de este Curso es el llamado Nuestro Tiempo Sagrado, es decir, el
tiempo exclusivamente dedicado a poner en práctica la tarea señalada para cada
día.
Hemos hecho un
ingente esfuerzo para prepararles, para cada día, un material de meditación y
de diálogo, para comunicarse de dentro a dentro. En vez de ver películas u
otros programas de televisión, reserven diariamente 45 minutos para retirarse,
diciendo a los hijos que éste es Nuestro Tiempo Sagrado.
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