Escuela
de Oración
*TOV
(Talleres de Oración y Vida) son un servicio para aprender y profundizar en el
arte de orar. Este aprendizaje tiene un carácter eminentemente experimental,
como un taller: orando se aprende a orar.
Se
aprende a entrar en la relación personal con el Señor, con variadas
modalidades, desde los primeros pasos hasta las alturas de la contemplación.
Orar,
además de gracia, en cuanto actividad humana es también arte, por eso la
organización del Taller contiene y ofrece una pedagogía progresiva, un carácter
metódico y mucha disciplina.
¿Resultados?
Amigos y discípulos del Señor.
Escuela
de Vida
Por
medio de un complejo entramado de meditaciones sobre la palabra, oración
intensiva, reflexión comunitaria y ejercicios de silenciamiento, el tallerista
va superando paso a paso, el mundo interior de angustias y ansiedades, miedos y
tristezas...
Como
efecto de una vivencia profunda de la fe y del abandono, el tallerista va
inundándose paulatinamente de una paz jamás imaginada.
¿Resultado?
Superación de complejos y traumas, control de nervios, estabilidad emocional y
alegría de vivir.
A
partir de una intensa contemplación de la figura de Jesucristo, el Taller lanza
al cristiano a un proceso cristificante, para ser cada vez más parecido a
Jesís: paciente y humilde como Jesís, sensible y misericordioso, despreocupado
de sí y preocupado de los demás... preguntándose a cada paso, ¿Qué haría Jesís
en mi lugar?, produciéndose de esta manera una transformación vital que a
muchos les hace exclamar: ¡Cómo ha cambiado nuestra madre, nuestro hermano...!
Es,
pues, también, Taller de Vida.
Escuela Apostólica
El Taller no deja constituídos grupos eclesiales o comunidades de oración. Tan
solo ofrece un servicio limitado y humilde: enseñar a orar y a vivir
cristianamente.
En las íltimas sesiones, el Taller lanza al cristiano a participar directamente de la misión sacerdotal, profética y regia de Cristo Jesís. ¡Cómo nos gustaría hacer de cada tallerista un apóstol!
Soñamos en transformar a los talleristas en viveros de vocaciones apostólicas, y estamos empeñados en que los Talleres se constituyan en instrumentos de vitalización eclesial.
¿Resultado? Un eficaz instrumento de Evangelización.
En las íltimas sesiones, el Taller lanza al cristiano a participar directamente de la misión sacerdotal, profética y regia de Cristo Jesís. ¡Cómo nos gustaría hacer de cada tallerista un apóstol!
Soñamos en transformar a los talleristas en viveros de vocaciones apostólicas, y estamos empeñados en que los Talleres se constituyan en instrumentos de vitalización eclesial.
¿Resultado? Un eficaz instrumento de Evangelización.
El Taller compromete a los asistentes en tres dimensiones: con Dios, consigo mismos, con los demás. En cada sesión hay dos líneas fundamentales: una descendente, Dios habla al hombre; y otra, ascendente, el hombre habla (responde a Dios).
El Taller es un servicio eminentemente laical: la mayoría de los Guías son laicos; todos los componentes del equipo directivo son laicos, en estrecha unión con sus pastores.
El Taller se distingue por una rigurosa puntualidad, un orden estricto y mucha disciplina. El Taller es un servicio:
a) Limitado. Una vez completadas las quince sesiones damos por cumplido nuestro objetivo y nos retiramos.
b) Abierto. Al Taller asisten simples cristianos, catequistas, agentes pastorales, militantes de grupos eclesiales, los alejados de la Iglesia, los excluídos de los Sacramentos, evangélicos de diversas denominaciones...
El Taller colabora no solo ha hacer Iglesia, sino también a hacer una mejor sociedad, porque contribuye a la unidad y fortalecimiento del individuo y de la familia. Tiene, pues,
una
dimensión evangélica y una dimensión humanitaria.
Organización
Nuestro
ideal es: mínima estructura, máxima eficacia. El Taller consta de quince
sesiones.
Cada sesión dura dos horas. Hay una sesión por semana. El número ideal de participantes es entre quince y veinte personas.
Los Talleres pueden aplicarse en domicilios particulares, en una sala de una parroquia, colegios o cualquier lugar que cumpla con ciertos requisitos.
Los Talleres son dirigidos por un Guía cuya misión consiste en poner en práctica el espíritu y los contenidos del Manual.
Al frente de los Guías hay una Coordinación Local, cuya función es autorizar, organizar y velar por la marcha de los Talleres.
Cada sesión dura dos horas. Hay una sesión por semana. El número ideal de participantes es entre quince y veinte personas.
Los Talleres pueden aplicarse en domicilios particulares, en una sala de una parroquia, colegios o cualquier lugar que cumpla con ciertos requisitos.
Los Talleres son dirigidos por un Guía cuya misión consiste en poner en práctica el espíritu y los contenidos del Manual.
Al frente de los Guías hay una Coordinación Local, cuya función es autorizar, organizar y velar por la marcha de los Talleres.
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